Me preguntaste con qué momento del día me quedaría. En ese
instante me levante de la cama dejándote con un halo de intriga y me acerque a
la ventana. Tenias que haber sabido la respuesta, muchos momentos compartidos.
El reloj marcaba las 6:00 de la mañana y justo entonces decidí contestarte,
¿sabes cuál? con este. Me quedo con el amanecer y ¿quieres saber porque?.
Porque es cuando el mundo está lleno de promesas.
Me miraste sorprendido, supongo que esperabas una respuesta más simple. Pero lo cierto es que lo amaba, amaba despertarme con el amanecer para observarlo desde todas sus perspectivas mientras me tomaba una tostada con mermelada de fresas de esa que tanto me gustaba... Buscando infinitas posibilidades al nuevo día y dejando atrás otras tantas noches de placer.