"Aquel que solo sabe y recomienda hacer locuras sin que nadie entienda"

13 de diciembre de 2012


La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse.

11 de diciembre de 2012

Vinculos

Los lazos que nos unen a veces son imposibles de explicar, nos unen hasta después de que parezca que deberían haberse roto. Algunos vínculos desafían la distancia, el tiempo y la lógica , porque algunos lazos, estan predestinados.

16 de agosto de 2012

No todo el mundo es el primero en ser elegido...


Dicen que el amor surge, y cuando surge no lo puedes controlar. Viene solo, sin previo aviso.

Hay ocasiones en la que cuando surge, acaba acaparando todo, haciendo que exista solamente “él”; y mientras “él” este ahí, tu eres feliz. Pero cuando te das cuenta, ves que has entregado tu vida por completo, que dependes de diversas acciones, hechos, sueños,… para crear tu propia felicidad. Aquí es cuando suelen decir que “todo lo bueno se acaba”, pero no es así. Lo bueno nunca se acaba, nunca es vencido por lo malo, simplemente se transforma venciendo así al miedo generado, miedo a no volver a empezar.

No todo el mundo es el primero en ser elegido, correspondido,… pero no por eso debemos hundirnos y sucumbir al caos. Aprendemos de lo que nos rodea y quien quiere aprender a ser feliz lo consigue compartiendo su vida con alguien más, habiendo o no habiendo amor. Pero lo que todo el mundo sabe, es que las cosas ocurren solo una vez, y que nunca vuelven a ser igual, porque el amor surge y se transforma.


14 de agosto de 2012

Breaking down the wall: Romper el muro


Calíope bajo las escaleras tras haber escuchado la puerta de la entrada como se cerraba. Al principio aceleró el paso, pero conforme bajaba las escaleras iba disminuyendo la velocidad. Entró en el salón y directamente mirando el sofá, vio a León, se colocó a su lado y lo observó; estaba despeinado, tenía la piel brillante y sus ojos estaban perdidos en algún lugar de ese salón.

-        -  ¿Lo has vuelto a hacer, verdad?.- Le preguntó Calíope.

-        - A veces no lo controlo, me supera y me vence, consigue controlarme y bueno, acaba matando - contestó él con la mirada perdida.

Calíope consideraba a su amigo León la persona más empática que conocía, siempre se preocupaba por los demás y si hacía algo mal, acababa culpándose hasta haberlo solucionado, pero estos últimos años su amigo se había vuelto violento, descontrolado y sobre todo, peligroso.

-        -  ¿Por qué siempre escondes tu lado bueno León? – pensó Calíope.

Y este girando la cabeza hacía ella, le contestó:

-      - Porque si ven tu lado bueno los demás acaban esperando siempre eso de ti, y no quiero cumplir esas expectativas.

Su amiga se quedó paralizada por unos segundos; sabía que sus habilidades habían aumentado pero ¿a tal nivel de saber lo que estaba sintiendo y preguntándose sin mantener contacto físico?. Ahí fue cuando se dio cuenta que la persona más peligrosa de todo el mundo que bloqueaba sus propios sentimientos, estaba sentada al lado suyo.


11 de agosto de 2012


Cuando cambiamos las chuches por alcohol, los sims por el twitter, el querer un móvil con un montón de juegos por querer uno que tenga wifi. Cuando cambiamos las salidas de la tarde por las salidas nocturnas, cuando le buscamos otro sentido a todo, cuando empezamos a entender muchos chistes, cuando cambiamos las miradas por besos, y los besos por algo más, nos damos cuenta de que ya no somos niños.

Que todo ha cambiado.

21 de julio de 2012

Si no sale bien es que aun no es el final

Aquí nada ha salido exactamente como esperaba, pero ocurre a menudo; a veces lo que acaba pasando es mejor de lo esperado.

Pero también es cierto que la persona que no arriesga nada no consigue nada, no tiene nada. Lo único que sabemos del futuro, es que será distinto. Pero quizá nuestro temor es que todo siga siendo igual, por eso debemos celebrar los cambios porque al final todo saldrá bien, y si no sale bien es que aun no es el final.

26 de junio de 2012

Tú y yo tenemos amaneceres pendientes


Me preguntaste con qué momento del día me quedaría. En ese instante me levante de la cama dejándote con un halo de intriga y me acerque a la ventana. Tenias que haber sabido la respuesta, muchos momentos compartidos. El reloj marcaba las 6:00 de la mañana y justo entonces decidí contestarte, ¿sabes cuál? con este. Me quedo con el amanecer y ¿quieres saber porque?. Porque es cuando el mundo está lleno de promesas.

Me miraste sorprendido, supongo que esperabas una respuesta más simple. Pero lo cierto es que lo amaba, amaba despertarme con el amanecer para observarlo desde todas sus perspectivas mientras me tomaba una tostada con mermelada de fresas de esa que tanto me gustaba... Buscando infinitas posibilidades al nuevo día y dejando atrás otras tantas noches de placer.


12 de junio de 2012

Yo no prometo quererte, pero prometo amarte


Creía que cuando te hacían sentir especial, aunque fuera en pequeños momentos, todo era más fácil, pero no es así. No me gusta esta sensación, me hace sentirme débil, preocupado, desconfiado y dudoso de mi mismo en todo momento. Y es que hay cosas que no valen la pena, pero me dicen que esta sí, yo no estoy seguro de nada, ni de él tampoco. 

Desconfió, pero no sé si lo hago más de él o de mi mismo. No sería justo dudar después de lo que está ocurriendo, pero entonces me paro y pienso; no entiendo esta situación. La quiero, quiero todo esto. No soy masoquista, pero es lo que dicen “quien no arriesga no gana” y si en algún momento de la vida me tocaba arriesgar, creo que es en este momento. 

Por ello déjame que te diga que no te prometo impedir que tropieces ni solucionarte tus problemas, no prometo evitarte sufrimiento; no puedo cegarte a la realidad y a veces es necesario para aprender a ser fuerte,… no prometo pasar las veinticuatro horas del día juntos ni saber lo que necesites en cada momento; pero te prometo estar ahí cuando lo necesites, ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras desahogarte, te prometo todas las noches del mundo, que tus labios serán mis labios, y que tú serás el único, te prometo que te extrañare cada segundo que no pase junto a ti, …

Yo no prometo quererte, pero prometo amarte.


9 de junio de 2012

Desafiamos a la suerte

Todos oímos advertencias que ignoramos, desafiamos a la suerte, nos la jugamos. Jugamos con fuego. Es la naturaleza humana, si nos dicen que no toquemos algo, lo tocamos aunque sepamos que no debemos. Quizás porque en el fondo buscamos problemas, o simplemente porque no podemos evitarlo...

6 de junio de 2012

Sesentaynueve

Me gustaría reflejar que a mí personalmente el <<sesentaynueve>> es una práctica sexual que no me termina de convencer, porque hay que estar a lo que se está. Y si uno está esmerando haciendo las cosas no puede disfrutar de la que le hacen. Y al revés, lo mismo. Si me gusta lo que me hacen, no puedo concentrarme en lo que hago, y aquello es un desastre. En fin, que hay cosas que no terminan de gustarme y aquí las digo...

1 de junio de 2012

Aquel beso fugitivo


Y él me sonrió, con indulgencia o con esperanza o con ternura o con todo a la vez, y casi se me para el corazón, y si no se me paró fue porque ya no lo tenía dentro, estaba por allí, en algún sitio, invisible, y si lo viera me gustaría darle una patada por haberme abandonado, las cosas pasan por delante y hay que tirarse al cuello, porque la vida y las cosas no son como un carrusel, que pasan y vuelven a pasar, sino más bien como un tren, que pasa de largo y hay que subirse en marcha, porque el siguiente puede tardar mucho en llegar o incluso no llegar nunca, porque en la vida las cosas pasan y se ven, y por eso hay que ser valientes, y yo tengo miedo de quedarme solo, sin él, marinero en tierra, enamorado sin corazón y para besarle de una santa vez sobre pasando cualquier limitación, y aunque escasamente siete centímetros separaban nuestras bocas, sus labios finos y bonitos y delicados y los míos que no perderé tiempo en describir, aunque escasamente siete escasos centímetros los separaban, parecía un plano hecho a escalas inexistentes, porque tardaría una corta eternidad en recorrerlos, y por fin cubriría los 70 metros de distancia y nuestros labios se conocerían, las dos o tres primeras veces muy tímidamente, y después más profundamente. Y le besaría, le besaría como si tuviéramos los minutos contados, el mundo traicionado, el veneno en el estómago, y sentiría que ya no querría morir porque me querría con un amor loco y fugitivo y quizás un poquito desgraciado todavía, pero este beso duraría…


3 de mayo de 2012

Encendiendo velas

Cuando recobro la razón, me vuelvo loco. Y es que los humanos no sólo somos más pequeños que nuestros sueños, sino también que nuestras alucinaciones. La imaginación escribida es como un rayo en mitad de la noche: abrasa pero ilumina el mundo. Mientras dura ese chispazo deslumbrante intentamos observar la totalidad, eso que algunos llaman Dios y que para mí es una ballena azul llena de crustáceos. Después de todo, tal vez mi hermano no deliraba tanto cuando aspiraba a fundirse con lo divino. En la pequeña noche de la vida humana, el chico soñador enciende velas.


22 de abril de 2012

Yo soy Otro


Anoche conocí la oscuridad. Noté como la realidad se alejó de mí, o más bien yo me salí de la realidad. Empecé a ver la habitación como algo ajeno a mí, físicamente distante, inalcanzable, como si estuviera contemplando un mundo con un catalejo. De repente yo estaba fuera de las cosas, me había caído de la vida. Inmediatamente sentí, como es natural, un terror pánico. Creo que jamás había experimentado tanto miedo en mi vida. Me tiritaban los dientes y las rodillas me temblaban de tal modo que apenas  podía ponerme en pie. No entendía nada, no sabía qué me pasaba, sólo podía pensar que estaba loco y eso recalcaba mi horror. Y además, era incapaz de explicar lo que me sucedía: cómo, diciendo qué, a quién, si los demás se habían quedado todos lejos, muy lejos, al otro lado del túnel de mi mirada. Era una situación que rompía todas las conversaciones expresivas, una pesadilla matinal e inexplicable.

Yo que siempre había vivido en un nido de palabras, me había quedado atrapado en el silencio. La sensación aguda de sentirme ajeno se pasó en unos minutos, pero dejó el mundo cubierto por un fino velo de irrealidad, como si la esencia de las cosas se hubiera debilitado; y yo me quedase aterrorizado, muerto de miedo de que el miedo volviera. Pero al final terminé perdiendo el miedo al miedo y aceptando que la vida posee un porcentaje de negrura con el que hay que aprender a convivir. Tan rápido como mi mente cambia de padecer, ahora pienso que mis angustias me permitieron ver la oscuridad; y sólo si has estado ahí, aunque sea tan superficial y brevemente como yo lo estuve, puedes entender lo que supone vivir en el otro lado. En ese lugar aterrador al que no llegan los otros, exiliado de la realidad común, encerrado en el silencio y en ti mismo, volviéndote loco. 

Fue aquí cuando me dijeron que estaba loco, pues he de decir que no soy el único. Los llamados locos son aquellos seres que moran de modo permanente en el lado sombrío: no consiguen incrustarse en la realidad y carecen de palabras para expresarse, o bien sus palabras interiores no coinciden con el discurso colectivo, como si hablaran un lenguaje de otro planeta que ni siquiera puede traducirse. La esencia de la locura es la soledad. Una soledad psíquica absoluta que produce un sufrimiento insoportable. Una soledad tan grande que no cabe dentro de la palabra soledad y que no puede ser imaginada si no se ha conocido. Es como estar en el interior de una tumba enterrado vivo. La locura es vivir en el vacío de los demás, en un orden  que nadie comparte.

Y finalmente, la vida, me hizo ser como soy.

18 de abril de 2012

Achaque amoroso

<<Amar apasionadamente sin ser correspondido es como ir en barco y marearse: tú te sientes morir pero a los demás les produces risa>>. Y esto es cierto; los achaques amorosos suelen provocar en las personas una sonrisilla a medias burlona y a medias mísera. Y, sin embargo, ¡el dolor del amor despechado es tan agudo! Es una desesperación que enferma, una desolación que te vacía. Resulta curioso que tus amigos se tomen tan poco en serio un sufrimiento para ti tan profundo; y resulta aún más curioso que tú tampoco te conmuevas demasiado cuando a quienes les toca sufrir es a tus amigos. ¿Por qué será que, cuando no estamos sumidos en el martirio del desamor, no le damos tanta importancia a esa desdicha? ¿Será que, en el fondo de nuestra conciencia, sabemos que la pasión amorosa es un invento, un producto de nuestra imaginación, una fantasía? ¿Y que, por tanto, ese dolor que nos abrasa es de algún modo irreal? Claro que todos los psiquiatras saben que un enfermo imaginario, por ejemplo, puede acabar matándose de verdad: puede crearse un cáncer, una embolia cerebral, una enfermedad física. Pero también los hipocondríacos son objeto de burla.