"Aquel que solo sabe y recomienda hacer locuras sin que nadie entienda"

22 de octubre de 2013

Simplemente no te quiere

A las niñas les enseñan muchas cosas. Si un niño te pega, le gustas. Nunca trates de emparejarte los flecos. Y un día conocerás a un hombre maravilloso y tendrás tu final feliz. Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan, nos imploran que esperemos el giro del tercer acto: La declaración inesperada de amor. La excepción a la regla. A veces nos concentramos tanto en el final feliz que no aprendemos a interpretar las señales, a diferenciar entre los que nos quieren y los que no.. Entre los que se van a quedar y se van a ir. Y quizá el final feliz no incluye un tipo maravilloso: quizá el final eres tú, sola recogiendo los pedazos y volviendo a empezar. Liberándote para encontrar algo mejor en el futuro. Quizá el final feliz solo consiste en seguir. O quizá este es el final feliz: Saber que a pesar de todas las llamadas y corazones rotos, a pesar de todos los errores y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y la vergüenza, tú nunca, nunca perdiste las esperanzas.

1 de octubre de 2013

Growing

La gente cambia. Los sentimientos cambian, eso no quiere decir que el amor una vez compartido no era cierto y real, simplemente significa que sólo a veces, cuando las personas crecen, crecen separados.

5 de septiembre de 2013

Quizá la tuya...

Érase una vez un peter pan que quería hacerse mayor, un pirata que temía al agua, un dragón que odiaba el fuego, un popeye alérgico a las espinacas, una bella durmiente con insomnio, un hada mala y una bruja buena. Érase una vez un mundo donde todo era posible, donde arriba era abajo y abajo era arriba, donde lo malo era bueno y lo bueno, pues no tan bueno. Porqué detrás de cada persona se esconde otra; quizá más falsa, quizá más triste, quizá más orgullosa, quizá más feliz, quizá más puta, quizá más sola.. quizá mejor, quizá peor; quizá la tuya.


26 de agosto de 2013

El fin es el inicio del final

El gran día ha llegado: El día en que te darán la noticia, el resultado de la prueba. La biopsia es maligna o benigna. Viviré o moriré. Solo quieres saberlo… aunque temas saberlo. Así podrás seguir con tu vida, para bien o para mal.

Dicen que la ignorancia es felicidad. Porque en cuanto sabes que tienes un tumor o conoces el pronóstico, no puedes volver atrás. ¿Serás fuerte o te derrumbarás? Es difícil de saber. Así que no te preocupes por eso, disfruta de la vida antes de que te den la noticia. La ignorancia es felicidad.

Celos



No nos damos cuenta de que son los propios celos los que asesinan el amor pero no el deseo. Es este el verdadero castigo donde la pasión es traicionada, odiando a la persona que rompió el pacto de dicho amor, pero el deseo vive. Sigues deseando, imaginando a la otra persona porque su traición fue la prueba de su propia pasión.

23 de agosto de 2013

La Sirenita

tk7.

"Si tan sólo pudiera hacerle ver que no veo las cosas como el lo hace no es posible que un mundo que hace tantas maravillas sea tan malo."

15 de agosto de 2013

9 de agosto de 2013

Es tuya

Nunca la oirás decir '' te quiero''. Lo sabes ella no es una chica normal y corriente. Pero en cambio tiene cosas realmente bonitas. Por ejemplo, su mirada... Sí, con sus ojos color café cálidamente abiertos o, si gira ligeramente la cabeza, ríe y te dice '' eres un idiota''... entonces ya sabes, es tuya.


24 de julio de 2013

#D

El destino no es una cuestión de casualidad, es una cuestión de elección. No es una cosa que esperar, es una cosa que conseguir.

18 de julio de 2013

Try

Donde hay deseo, va a haber una llama, donde hay una llama, alguien va a quemarse, pero sólo porque queme no significa que te vayas a morir...

6 de mayo de 2013

La casa azul



Cuando el timbre de la puerta sonó por primera vez, los tres se hicieron los dormidos, quedándose muy quietos a la espera de que los otros hicieran el esfuerzo de salir de entre las mantas en aquella fría noche de enero. Ante la insistencia de los timbrazos, Jhon notó cómo sus compañeras de piso se retorcían en sus cálidas habitaciones, en una especie de mensaje en morse que quería recordarle su papel como hombre de la casa, y por tanto, su responsabilidad en lo que a ruidos desconocidos y extraños nocturnos se refería. Remoloneó aún un par de minutos con la esperanza de que quién fuera que estaba interrumpiendo la paz de la noche con tanta insistencia se cansara y volviera en un momento más oportuno. El ruido del timbre cesó y durante unos escasos segundos el silencio más absoluto se instaló en sus oídos. Fue entonces cuando los sobresaltó el ruido de la cerradura; ahora no cabían excusas, se ajustó la manta a su cuerpo  y abrió despacito la puerta de la habitación. Mientras avanzaba por el pasillo a oscuras se preguntaba el motivo por el que se interpretaba que un hombre siempre debe salir al rescate de su hogar. Escuchó un crujido a su espalda mientras un último pensamiento acudía a su mente. "A nosotros también nos dan miedo los desconocidos de medianoche"

21 de abril de 2013

"Pensé que rendirse seria una opción"

Creo que he llegado a ese punto donde el dolor y la alegría se funden en un mismo sentimiento.
Donde todo lo que me pasa se resume en una vieja canción. Y en tu sonrisa, siempre en tu sonrisa.
He llegado a ese punto en concreto donde la razón gana a la imaginación.

He llegado al final del camino, al final de tus brazos. Siempre llegando al final de tus brazos, donde rozo tus manos hasta la punta de tus dedos y me dejo caer. Y me dejas caer.

Llego cuidadoso, solo y arropado por tu piel al final. Veo, contemplo por última vez tu mirada oscura y llena de sentimientos vacíos, ignorantes, indignos y hermosos. Siempre sentimientos hermosos. Siempre sentimientos tristes.

Y caigo, resbalo y dejo de creer. Creer en esa mirada llena de falsa y atractiva incomprensión, creer en algo más que en mentiras sobre un pasado mejor.

"¿Cómo he podido llegar aquí?" susurro. "¿Por qué me ha dejado ir? ¿Por qué?"

Pasaba todas las noches en tu pecho donde rendirse o seguir eran dos callejones distintos, opuestos. Ahora las paso dormido en el suelo donde rendirse y seguir son un mismo callejón sin salida. Pasaba toda las noches sonriendo, observando desde fuera el presente, olvidando el pasado y huyendo del futuro.
El olvido acudía siempre puntual, me otorgaba una dosis de tus besos y otra de tus caricias. Fue tan dulce olvidar aquello que ahora se me hace tan fácil como doloroso recordarlo, recordar el olvido. "Pensé que nuestro amor duraría por siempre" murmuro acostado a tus pies. "Pensé que rendirse seria una opción" vuelvo a hablar, cansado. Allí, atrapado en el callejón, cierro los ojos y callo.

17 de abril de 2013

Yo mataré monstruos por tí


El tiempo lo cura todo. Otra milonga. El tiempo no cura nada. O cura lo que ya no importa. El tiempo es precisamente lo que nos hiere.

Noches en vela. Apatía. Distracciones constantes. Pensar en lo que se dijo, en lo que se va a decir. En lo que se debería haber dicho. Mirar el horóscopo. El tuyo y el de él. Idealizarlo. Ver su rostro en cada rostro. Euforia. Bajones. Hablar solo. No comer. Beber en exceso. Vigilar el teléfono. Autocompadecerse. Hablar de tonterías. Írsete la bola. Pensar en lo que el pensaría. En qué estará haciendo. Con quién. Llorar. Oír canciones tristes. Pensar en no pensar. No dormir. No vivir. Eso es lo normal en el desamor.

Aunque, en realidad, fue mucho peor. 
Mucho. 
Una profundidad peor. 
Porque era el miedo. 

Yo mataré monstruos por ti.

 Ignacio del Valle

11 de marzo de 2013

Mi vida interior bajo el agua

Caminaba por una superficie plana, sin rumbo mirando a mí alrededor sin conseguir ver nada, todo estaba oscuro. Mirando a un lado y a otro, finalmente mi visión sólo alcanzó a ver una forma no definida y un tanto borrosa a lo lejos. Mi mente racional no sabía que era, pero mi parte irracional, mi inconsciente, sabía que era mi propia vida interior.


Seguí durante un rato a esa extraña forma hasta que de repente señaló hacia arriba y de manera parecida como pasaba en mi planeta, esa señal dio lugar a la lluvia, a los ríos, lagos, mares, océanos,… creándose así un paisaje a mí alrededor. 


A pesar de que la forma no definida era la que tenía el control de aquello, yo era el centro de todo, mientras iba apareciendo todo aquello mi ego iba aumentando, me iba sintiendo como en casa, en un entorno conocido y tranquilo, porque todo lo que iba apareciendo era lo que iba pensando.


Seguí mirando a todos los lados y vi como el agua hacia la misión de alimentar unas peculiares y específicas formas de vida que se movían en todas direcciones. Todas eran iguales a simple vista, hasta que unas salieron corriendo entre la espesa vegetación que se había formado, otros salieron volando en todas direcciones, y el pequeño grupo que quedaba, se lanzó al agua haciéndola chapotear. 


En ese momento dejo de llover y al ver las montañas, los bosques, los lagos y mares,… sentí como todo aquello alimentaba mis deseos y emociones.


Me acerqué a un pequeño estanque donde una pequeña forma de vida de color verde se había sumergido en el agua. Al meterme para buscarla vi como poco a poco el agua se enturbiaba, y sabía que eso no era bueno, la estaba corrompiendo, ensuciando.


Salí y seguí caminando y me senté en lo alto de una colina bajo un melocotonero. Pensaba en cómo había llegado allí, en cómo había desaparecido de su hogar y había aparecido en aquel extraño mundo.  Todo era agradable, y me sentía poderoso. A pesar de aquella forma no definida que se encontraba a mi lado, yo había pensado en todo aquello y se había creado, como en un sueño. Sí, esa fue mi conclusión, que este era mi sueño y que por primera vez podría controlarlo. 


Me dirigí a un lago que había al pie de la colina. No veía formas de vida sólo vegetación y unas bonitas flores de color turquesa. Me quite la camiseta y me introduje en el lago, - si es mi sueño podré respirar bajo el agua – pensé. Tras intentarlo varias veces lo conseguí, miraba de un lado a otro y todas las formas de vida empecé a verlas más claras, habían peces de colores, grandes y pequeños que correteaban a mi alrededor. Me sentí feliz allí, como nunca me había sentido imaginándome que podría vivir allí para siempre.




<<En ese mismo momento, un grupo de policías extraían mi cuerpo ahogado de un lago cercano a donde yo había vivido siempre. Mi mente racional nunca había conseguido ser feliz, pero mi inconsciente, mi propia vida interior, se había dado cuenta que siempre había sido feliz.>>

9 de marzo de 2013

Quimera

A veces cuando tengo fiebre veo todo tipo de criaturas, un zorro azul con tres colas, una cigüeña con cascaron de tortuga, un pájaro con aletas y branquias,... pero anoche, fue diferente.  Vi un animal con tres cabezas y un cuerpo que, de frente, era el de un león, en el medio era el de una cabra y detrás era un dragón. Las cabezas de esos animales salían de un solo cuello y echaban fuego. Era una quimera, una criatura mágica que su existencia fue desterrada  por ser diferente al resto de animales. Lo único que queda de la quimera es su nombre, que se ha convertido en un sustantivo común cuyo significado se relaciona con lo imposible o fantástico. Pero la quimera encarna una verdad terrible en la que nuestras ilusiones pueden destruirnos con tanta crueldad como la violencia o la enfermedad. Y las ilusiones de los otros son aún más peligrosas cuando cobran vida propia.



7 de febrero de 2013

Me gusta

Me gustan las personas que me hacen reír, y la sinceridad. Odio los días de lluvia, aunque me gusta cuando llueve y huele a cemento mojado, adoro el sol, y el verano, andar descalzo por la playa y sentir el contraste de la arena caliente con las olas del mar, odio los sabelotodo y la prepotencia, la gente que se cree superior. Me gusta hacer mezclas entre comidas, y cocinar bizcochos, adoro comer chocolate, e ignorar sus calorías. Me gusta comportarme como un niño, y que entren en mi juego. Me gusta la sencillez, y que me entiendan con una mirada, me gusta hablar, pero las cosas importantes prefiero expresarlas con pocas palabras, puedo llegar a ser pesado, e incluso cargante, pero me gusta que sepan soportarme. Odio que me vean llorar, excepto si se trata de mi almohada, odio la pregunta ¿estás bien? cuando saben que no lo estas. Soy perezoso, pero me aburre no hacer nada. Odio la gente que dice “te quiero” y no te lo demuestra, que sonríe, pero piensa que eres gilipollas.