"Aquel que solo sabe y recomienda hacer locuras sin que nadie entienda"

29 de marzo de 2012

La adicción del corazón


La adicción es típica en todas las historias de amor basadas en el encaprichamiento. Todo comienza cuando el objeto de tu adoración te da una dosis embriagadora y alucinógena de algo que jamás te habías atrevido a admitir que necesitabas (un cóctel tóxico-sentimental, quizá, de un amor atronador y un entusiasmo arrebatador). Al poco tiempo empiezas a necesitar desesperadamente esa atención tan intensa con esa ansia obsesiva típica de un yonqui. Si no te dan la droga, tardas poco en enfermar, enloquecer y perder varios kilos (por no hablar del odio al camello que te ha fomentado la adicción, pero que ahora se niega a seguirte dando eso tan bueno, aunque saber perfectamente que lo tiene escondido en algún sitio, maldita sea, porque antes te lo daba gratis). La fase siguiente es la de la flacura y la temblequera en el rincón, sabiendo que venderías el alma o robarías  a tus vecinos con tal de probar eso una sola vez más. Mientras tanto, a tu ser amado le repeles. Te mira como si no te conociera de nada, como si jamás te hubiera amado con una pasión fervorosa. Lo irónico del asunto es que no puedes echarle la culpa. Porque, vamos, mírate bien. Eres un asquito, un ser patético, casi irreconocible ante tus propios ojos.

Pues ya está. Ya has llegado al destino final del amor caprichoso: la más absoluta y despiadada devaluación del propio ser.

El hecho de poder escribir sobre ello tranquilamente a día de hoy es prueba indiscutible del poder balsámico del tiempo, porque no me lo tomaba nada bien conforme me iba ocurriendo. Y a mí me dicen que deje de vivir con mi mente y viva con el corazón, creo que ese es el problema, tener corazón.


24 de marzo de 2012

Caos


Y el cielo se abrió bramando con ferocidad sobre sus cabezas. Un manto oscuro cubrió las estrellas y la noche se hizo densa e incómoda. La fuerza de la tormenta despertó a los demonios de la tierra que acudieron presurosos a la caza de sus víctimas. La tierra temblaba bajo sus pies como clamorosa lucha por abrirse y tragarlos hasta más allá de la nada.

La fuerza del viento amenazante impedía escuchar más sonidos que el de la propia respiración entrecortada. Nada a que agarrarse, nadie a quien suplicar, sencillamente la más absoluta soledad en el infierno del caos que supone la entrada del dolor.
La naturaleza sumando todos y cada uno de sus elementos en singular unión más allá de la lógica esperable... absolutamente todo en contra, absolutamente todo.

Pecadores solitarios, soltaron sus manos... y volvió la calma.

En ese preciso momento, te quedaste quieta y pensando en todo lo que había ocurrido, en ese último momento... Mientras el pequeño trozo de tierra se deslizaba por la oscuridad, tú te cogiste las manos y bajaste la cabeza, no querías volver, pero sobre todo no querías que todo comenzara de nuevo,… hasta que una luz callo desde la oscuridad y se encerró en tus cálidas manos. Miraste hacia arriba y todo ello estaba lleno de pequeños copos de luz cayendo como la nieve cae en invierno, y recordándote una vez más, entre los copos del cielo estrellado. La canción no dejaba de sonar mientras todo se movía a nuestro alrededor, estábamos separados, pero mirábamos lo mismo,... esto era la magia de aquel oscuro mundo.

(M)


Quiero creer que una simple pregunta hizo que todo esto comenzara, que un sordo y hueco recuerdo familiar hiciera todo esto, pero realmente esta gran amistad se ha ido produciendo trabajando día a día.


No puedo evitar a veces el sonreír cuando te miro solo buscando llamarte la atención, no puedo evitar fijarme en la forma en la que andas, te mueves, en la forma que desapareces y apareces sin tener un rumbo fijo y sin control. Me gusta tu pequeña sabiduría recitada con interés, el que ayudes con el simple hecho de una llamada o mirada, el que hables sin pensar las consecuencias haciendo de eso una verdadera comedia,… me gusta adivinar lo que vas a ir haciendo y aceptar en todo lo que pienso, me gustan las cosas bonitas que dices y haces para sacar una moza sonrisa y descubrir que aunque parezca que estoy solo en silencio, realmente estas ahí vigilante y atento. Me gustan tus olvidos que a cierto tiempo prestan beneficios, me gustan tus dejadeces por el simple hecho de gozar de algunos fallos recitados que no quiero decir y digo, me gusta desafiarte y crear un conflicto irracional de una pobre palabra, me gusta la creación de esta gran inspiración que me desempeñas a veces cuando más dolor me produces llegando a la conclusión de que no paro de pensar… ¡ay! <<Si supieras cuanto tiempo gasto al día para no pensar en ti>>.  

De lo negro, tú sacas lo gris, y después de esto lo transformas en blanco haciendo que poco a poco le salga uno de esos colores vivos que tanto me gustan.

22 de marzo de 2012

La cruda realidad


Cuando las mujeres dicen “no”, es NO.

Los hombres son indignos de confianza. Creemos saber lo que los hombres van a hacer, creemos saber lo que los hombres quieren hacer, pero cuando llega el momento en el que tienen que pringarse, y que se yo,… mover ficha, se acobardan. Los hombres fuertes, valientes y enormes que aparecen siempre en las novelas y que vemos en las películas desde que somos niños, son una falacia. Esos no existen. Los hombres no son fuertes, los hombres no son valientes, los hombres tienen miedo. Aunque ellos vivan un momento en el ascensor de un hotel que sea realmente romántico y lleno de posibilidades, los hombres son incapaces de mirarlo de frente, porque, ¿por qué? Porque son débiles.

Las mujeres siempre nos hacen creer que ellas son las víctimas, que les partimos el corazón por deporte, eso es mentira. Dicen que buscan romanticismo, dicen que buscan a su gran amor, pero lo único que buscan son unos requisitos; él es perfecto, él es guapo, él es cirujano,… los hombres que encajéis en ese perfil no vayáis a engañaros porque no se van a la cama con vosotros, se van a la cama con una cuidadosa mente calculada lista de cualidades materiales: la pasta supera la ausencia, la forma supera al fondo, los modales superan a los principios, ningún gesto por real que parezca pueda ser romántico en la vida pesara más que una lista impresionante de vacios credenciales.

Y esta es la cruda realidad, una encoñada con dos tíos siempre elegirá a quien tenga mejor currículum.