"Aquel que solo sabe y recomienda hacer locuras sin que nadie entienda"

26 de junio de 2012

Tú y yo tenemos amaneceres pendientes


Me preguntaste con qué momento del día me quedaría. En ese instante me levante de la cama dejándote con un halo de intriga y me acerque a la ventana. Tenias que haber sabido la respuesta, muchos momentos compartidos. El reloj marcaba las 6:00 de la mañana y justo entonces decidí contestarte, ¿sabes cuál? con este. Me quedo con el amanecer y ¿quieres saber porque?. Porque es cuando el mundo está lleno de promesas.

Me miraste sorprendido, supongo que esperabas una respuesta más simple. Pero lo cierto es que lo amaba, amaba despertarme con el amanecer para observarlo desde todas sus perspectivas mientras me tomaba una tostada con mermelada de fresas de esa que tanto me gustaba... Buscando infinitas posibilidades al nuevo día y dejando atrás otras tantas noches de placer.


12 de junio de 2012

Yo no prometo quererte, pero prometo amarte


Creía que cuando te hacían sentir especial, aunque fuera en pequeños momentos, todo era más fácil, pero no es así. No me gusta esta sensación, me hace sentirme débil, preocupado, desconfiado y dudoso de mi mismo en todo momento. Y es que hay cosas que no valen la pena, pero me dicen que esta sí, yo no estoy seguro de nada, ni de él tampoco. 

Desconfió, pero no sé si lo hago más de él o de mi mismo. No sería justo dudar después de lo que está ocurriendo, pero entonces me paro y pienso; no entiendo esta situación. La quiero, quiero todo esto. No soy masoquista, pero es lo que dicen “quien no arriesga no gana” y si en algún momento de la vida me tocaba arriesgar, creo que es en este momento. 

Por ello déjame que te diga que no te prometo impedir que tropieces ni solucionarte tus problemas, no prometo evitarte sufrimiento; no puedo cegarte a la realidad y a veces es necesario para aprender a ser fuerte,… no prometo pasar las veinticuatro horas del día juntos ni saber lo que necesites en cada momento; pero te prometo estar ahí cuando lo necesites, ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras desahogarte, te prometo todas las noches del mundo, que tus labios serán mis labios, y que tú serás el único, te prometo que te extrañare cada segundo que no pase junto a ti, …

Yo no prometo quererte, pero prometo amarte.


9 de junio de 2012

Desafiamos a la suerte

Todos oímos advertencias que ignoramos, desafiamos a la suerte, nos la jugamos. Jugamos con fuego. Es la naturaleza humana, si nos dicen que no toquemos algo, lo tocamos aunque sepamos que no debemos. Quizás porque en el fondo buscamos problemas, o simplemente porque no podemos evitarlo...

6 de junio de 2012

Sesentaynueve

Me gustaría reflejar que a mí personalmente el <<sesentaynueve>> es una práctica sexual que no me termina de convencer, porque hay que estar a lo que se está. Y si uno está esmerando haciendo las cosas no puede disfrutar de la que le hacen. Y al revés, lo mismo. Si me gusta lo que me hacen, no puedo concentrarme en lo que hago, y aquello es un desastre. En fin, que hay cosas que no terminan de gustarme y aquí las digo...

1 de junio de 2012

Aquel beso fugitivo


Y él me sonrió, con indulgencia o con esperanza o con ternura o con todo a la vez, y casi se me para el corazón, y si no se me paró fue porque ya no lo tenía dentro, estaba por allí, en algún sitio, invisible, y si lo viera me gustaría darle una patada por haberme abandonado, las cosas pasan por delante y hay que tirarse al cuello, porque la vida y las cosas no son como un carrusel, que pasan y vuelven a pasar, sino más bien como un tren, que pasa de largo y hay que subirse en marcha, porque el siguiente puede tardar mucho en llegar o incluso no llegar nunca, porque en la vida las cosas pasan y se ven, y por eso hay que ser valientes, y yo tengo miedo de quedarme solo, sin él, marinero en tierra, enamorado sin corazón y para besarle de una santa vez sobre pasando cualquier limitación, y aunque escasamente siete centímetros separaban nuestras bocas, sus labios finos y bonitos y delicados y los míos que no perderé tiempo en describir, aunque escasamente siete escasos centímetros los separaban, parecía un plano hecho a escalas inexistentes, porque tardaría una corta eternidad en recorrerlos, y por fin cubriría los 70 metros de distancia y nuestros labios se conocerían, las dos o tres primeras veces muy tímidamente, y después más profundamente. Y le besaría, le besaría como si tuviéramos los minutos contados, el mundo traicionado, el veneno en el estómago, y sentiría que ya no querría morir porque me querría con un amor loco y fugitivo y quizás un poquito desgraciado todavía, pero este beso duraría…