Creía que cuando te hacían sentir
especial, aunque fuera en pequeños momentos, todo era más fácil, pero no es
así. No me gusta esta sensación, me hace sentirme débil, preocupado,
desconfiado y dudoso de mi mismo en todo momento. Y es que hay cosas que no
valen la pena, pero me dicen que esta sí, yo no estoy seguro de nada, ni de él
tampoco.
Desconfió, pero no sé si lo hago
más de él o de mi mismo. No sería justo dudar después de lo que está
ocurriendo, pero entonces me paro y pienso; no entiendo esta situación. La
quiero, quiero todo esto. No soy masoquista, pero es lo que dicen “quien no
arriesga no gana” y si en algún momento de la vida me tocaba arriesgar, creo
que es en este momento.
Por ello déjame que te diga que no
te prometo impedir que tropieces ni solucionarte tus problemas, no prometo
evitarte sufrimiento; no puedo cegarte a la realidad y a veces es necesario
para aprender a ser fuerte,… no prometo pasar las veinticuatro horas del día
juntos ni saber lo que necesites en cada momento; pero te prometo estar ahí
cuando lo necesites, ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras
desahogarte, te prometo todas las noches del mundo, que tus labios serán mis
labios, y que tú serás el único, te prometo que te extrañare cada segundo que
no pase junto a ti, …
Yo no prometo quererte, pero
prometo amarte.
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