"Aquel que solo sabe y recomienda hacer locuras sin que nadie entienda"

22 de abril de 2012

Yo soy Otro


Anoche conocí la oscuridad. Noté como la realidad se alejó de mí, o más bien yo me salí de la realidad. Empecé a ver la habitación como algo ajeno a mí, físicamente distante, inalcanzable, como si estuviera contemplando un mundo con un catalejo. De repente yo estaba fuera de las cosas, me había caído de la vida. Inmediatamente sentí, como es natural, un terror pánico. Creo que jamás había experimentado tanto miedo en mi vida. Me tiritaban los dientes y las rodillas me temblaban de tal modo que apenas  podía ponerme en pie. No entendía nada, no sabía qué me pasaba, sólo podía pensar que estaba loco y eso recalcaba mi horror. Y además, era incapaz de explicar lo que me sucedía: cómo, diciendo qué, a quién, si los demás se habían quedado todos lejos, muy lejos, al otro lado del túnel de mi mirada. Era una situación que rompía todas las conversaciones expresivas, una pesadilla matinal e inexplicable.

Yo que siempre había vivido en un nido de palabras, me había quedado atrapado en el silencio. La sensación aguda de sentirme ajeno se pasó en unos minutos, pero dejó el mundo cubierto por un fino velo de irrealidad, como si la esencia de las cosas se hubiera debilitado; y yo me quedase aterrorizado, muerto de miedo de que el miedo volviera. Pero al final terminé perdiendo el miedo al miedo y aceptando que la vida posee un porcentaje de negrura con el que hay que aprender a convivir. Tan rápido como mi mente cambia de padecer, ahora pienso que mis angustias me permitieron ver la oscuridad; y sólo si has estado ahí, aunque sea tan superficial y brevemente como yo lo estuve, puedes entender lo que supone vivir en el otro lado. En ese lugar aterrador al que no llegan los otros, exiliado de la realidad común, encerrado en el silencio y en ti mismo, volviéndote loco. 

Fue aquí cuando me dijeron que estaba loco, pues he de decir que no soy el único. Los llamados locos son aquellos seres que moran de modo permanente en el lado sombrío: no consiguen incrustarse en la realidad y carecen de palabras para expresarse, o bien sus palabras interiores no coinciden con el discurso colectivo, como si hablaran un lenguaje de otro planeta que ni siquiera puede traducirse. La esencia de la locura es la soledad. Una soledad psíquica absoluta que produce un sufrimiento insoportable. Una soledad tan grande que no cabe dentro de la palabra soledad y que no puede ser imaginada si no se ha conocido. Es como estar en el interior de una tumba enterrado vivo. La locura es vivir en el vacío de los demás, en un orden  que nadie comparte.

Y finalmente, la vida, me hizo ser como soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario